En el entorno laboral, las emociones pueden desempeñar un papel determinante en el éxito o fracaso de una empresa. Las emociones incorrectas son una barrera que obstaculiza el funcionamiento normal y fluido en las organizaciones. Estas emociones afectan el desempeño, impiden el desarrollo adecuado y el sano crecimiento de quienes trabajan dentro. Por esta razón, cada vez es más importante hablar sobre la inteligencia emocional del líder y cómo ésta puede influir en el ambiente de trabajo y en la productividad de los empleados. En este artículo profundizaremos en la importancia de la inteligencia emocional del líder en las empresas modernas.
LA GESTIÓN BASADA EN INTELIGENCIA EMOCIONAL
Goleman, Boyatzis y McKee, tres reconocidos autores en el campo de la inteligencia emocional y el liderazgo, han dedicado gran parte de su obra a analizar las actitudes y habilidades necesarias para alcanzar el éxito en el ámbito personal y organizacional. En su trabajo, han puesto especial atención en el liderazgo primal, un estilo de liderazgo que se enfoca en la gestión de las emociones.
Según estos autores, el liderazgo primal se basa en la comprensión y gestión de las emociones, tanto propias como ajenas. El líder primal es aquel que es capaz de entender y gestionar las emociones de su equipo, logrando así que trabajen juntos de manera más efectiva. Además, este tipo de líder es capaz de inspirar a su equipo y guiarlo hacia la consecución de objetivos comunes.
En contraposición, los autores señalan que ciertas actitudes que antes eran valoradas en el liderazgo, como la autoridad y la competencia técnica, ya no son suficientes para liderar equipos efectivamente. En cambio, las habilidades emocionales, como la empatía, la escucha activa y la capacidad para generar confianza, se presentan como fundamentales para liderar en la actualidad.
Es importante destacar que el liderazgo primal no se trata solo de tener habilidades emocionales, sino también de utilizarlas de manera efectiva. El líder primal debe ser capaz de crear un ambiente emocionalmente seguro y establecer relaciones de confianza con su equipo, de manera que puedan trabajar juntos de manera efectiva.
EN CONCRETO
La inteligencia emocional es un factor clave para el éxito en cualquier equipo de trabajo. Esta habilidad se relaciona con la forma en que cada integrante se relaciona consigo mismo y con los demás. En la conferencia “Equipos que Lideran”, se compara el funcionamiento del cuerpo humano y sus miembros en una perfecta inteligencia y desempeño individual en favor de un bien supremo.
Los autores definen el liderazgo primal como la manera esencial y natural del líder de gestionar la relación consigo mismo y con los demás. El líder resonante es aquel que logra sintonizar con los sentimientos de los colaboradores y canalizar esos sentimientos hacia una dirección emocionalmente positiva y proactiva. En contraposición, el líder discordante se encuentra desconectado del equipo y dificulta los vínculos, llevando a las emociones hacia direcciones negativas y desvinculando a los individuos.
Como podemos ver, el liderazgo y las emociones están estrechamente relacionados. Es importante tener en cuenta que no se debe caer en la sensiblería de las relaciones con líderes de “corazones destrozados”, ya que esto puede llevar a un ambiente tóxico en el equipo. En lugar de eso, se debe buscar líderes que sean capaces de gestionar las emociones de manera efectiva y canalizarlas hacia un bien común.
Además, es importante tener en cuenta que la inteligencia emocional no es algo que se tenga o no se tenga, sino que se puede desarrollar a lo largo del tiempo. Por lo tanto, es fundamental invertir en el desarrollo personal y emocional de los integrantes del equipo para lograr un mejor desempeño y una mayor productividad en el trabajo en equipo.
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Gabriel.
