El peor momento es el mejor momento

El peor momento es el mejor momento

1024 683 Gabriel Nuñez

Para quienes tienen un espíritu creador y pueden responder al contexto en sintonía con integridad, siempre el peor momento es el mejor momento.

 

Existe un sinnúmero de definiciones acerca del liderazgo. Todas ellas intentan acercarse a la declaración que aporte mayor valor y sirva de referencia a quienes, en beneficio de un proyecto y de su equipo, buscan “ser”, “hacer” y “parecer” lideres. En este intento surgen conceptos que abarcan el liderazgo político, social, deportivo, económico, eclesiástico, familiar, y hasta el auto-liderazgo.

 

Después de recopilar una “big data” acerca del liderazgo durante los últimos 20 años, necesitamos formalizar algunas consideraciones para simplificar esos volúmenes de información.

 

Una definición con la que elijo trabajar es la siguiente: “el liderazgo es la capacidad que posee un individuo para influir en las personas para luego poder administrar esa influencia sobre el equipo con el cual habrá de trabajar y, por efecto cascada, influir en el entorno”.

 

El liderazgo es una habilidad que se desarrolla de varias maneras y en diferentes situaciones. Está íntimamente relacionado con la transformación personal y del equipo. Por esto es preferible pensar en el liderazgo como una capacidad a desarrollar partiendo de un potencial en las personas.

 

El líder busca sacar lo mejor de los recursos propios y del entorno. En un equipo, el líder es quien impulsa voluntades y persuade a los integrantes. Es quien propone ideas y motiva a la acción a través de una comunicación eficaz y asertiva. Sobre todas las cosas está dispuesto a “servir” a sus liderados. Todo esto lo ejecuta desde la influencia personal y el ejemplo.

 

El liderazgo se va construyendo en cada uno, por medio de la búsqueda de la excelencia. Construir liderazgo es una tarea muy dura y constante, pero las sociedades necesitan tanto el liderazgo como un niño necesita ser alimentado, amado y guiado. Por supuesto que esto comienza en las actividades cotidianas, ya sea que uno esté estudiando o trabajando.

 

Para edificar el liderazgo es preciso hacerlo dentro de una visión que sea renovadora. Es primero construir un sueño para después intentar, por todos los medios, que se haga realidad, con motivación, dedicación y responsabilidad.

 

ES EL MEJOR MOMENTO… SI SABES VERLO.

Por estos días, las sociedades viven en permanente estado de crisis, y son esas crisis las que muchas veces hacen huir de sus compromisos, por cobardía, por temor o por dolor, tanto a quienes les fue encomendada una tarea determinada como a aquellos que se involucraron con sus propios sueños.

Pero existen líderes que creen que las crisis generan oportunidades reales, y se sienten desafiados a llevar adelante proyectos y emprendimientos que demandan firmeza de carácter, altas dosis de responsabilidad y una buena cuota de expectativas.

 

Es posible que cuando uno pasa por diferentes adversidades entienda que las condiciones no son las mejores para alcanzar la victoria, que son las más difíciles, las que menos oportunidades pueden generar. Pero a contrapunto de esto está Dickens diciendo que “el peor momento es el mejor momento”. Este es el liderazgo del futuro que ya está presente.

 

Es necesario que el líder tenga una visión integral, una actitud humilde para el aprendizaje y para descubrir qué caminos diseñar con el equipo para recorrerlos juntos y guiar a otros. El líder debe tener visión, debe mirar hacia el futuro para poder anticiparse e intentar colocar los fundamentos de un proyecto, un emprendimiento, una organización o institución, de un desarrollo sostenible para las generaciones que llegarán.

 

El líder es un creador de nuevas realidades, es quien posee la visión, y debe marchar hacia la conquista de los sueños y transformarlos en realidad, más allá de lo difícil que esto sea. Por eso debe poner todos los esfuerzos ante lo que parece imposible, porque, como se suele decir, “lo posible ya está hecho”.

 

Esa visión, la cual puede ser lo que una persona aspira convertirse o lo que desea que su proyecto de vida se convierta; o lo que quiera lograr a partir de su emprendimiento, tiene que comunicarse y compartirse para que todos los integrantes del equipo trabajen en el mismo sentido y con el mismo espíritu.

A su vez, esa fotografía del futuro debe estar relacionada con la misión y con la razón de ser en la vida, con lo que se desea como persona racional y espiritual, debe estar ligada con el propósito y con esa libertad dada por la libre elección. Si no se actúa de esta manera, se estará limitando el crecimiento personal, el desarrollo de otros y, lo que es peor, la visión quedará relegada o anulada por no estar en conexión la necesidad de felicidad y satisfacción con los principios y valores que la persona desea para su vida.

 

En definitiva, como dice Toynbee, “El crecimiento de las sociedades humanas se explica por la presencia de unas minorías o personalidades creadoras que dan siempre respuestas exitosas a los retos del medio y que, en razón de su integridad y de sus compromisos con el grupo, son libremente seguidas por la mayoría”.

 

Sigamos en contacto.

 

Gabriel.

 

 

(Escrito para Asuntos del Sur)
AUTOR

Gabriel Nuñez

Personas y equipos liderando el mercado | Speaker | Trainer | Host | Coach | Mentor | Growth Mkter | TEDx Speaker | ScrumMaster® Alliance | Trenor Leadership® + Dale Carnegie® + Maxwell Leadership®

Todos los relatos por: Gabriel Nuñez
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