Todos podemos tener un mal día o disminuir el rendimiento en el trabajo por diversos motivos. Otra cosa, sin embargo, son las conductas tóxicas crónicas, desfavorables y molestas para los compañeros, para el equipo y para la propia persona. Son unos roles que, por desconocimiento, los compañeros de trabajo pueden potenciar con la crítica o la percepción negativa y generar grandes problemas en un equipo.